En pleno corazón de Madrid, en los Jardines del Buen Retiro, se encuentra un monumento que para otros, en cambio, es una incómoda afrenta: el monumento de la Fuente del Ángel Caído.
Esta es la única escultura en el mundo dedicada nada menos que a Lucifer, aunque para amargar el ranking a los madrileños, algunos se empeñan en añadir al ángel alado, representante de la ciencia, que la ciudad de Turín dedicó a los ingenieros del túnel ferroviario del Frejus (Mont Cenis).
Nuestra muy madrileños y genuino Ángel Caído, con las alas desplegadas y apenas repuesto de su definitiva expulsión de los cielos fue realizado por el escultor Ricardo Bellver, hacia 1877.