En su casa de paredes blancas por las que asoman naranjos y limoneros. Un sinfín de cuadros para su próxima exposición. Paula Varona tiene algo de hada serena y bienhechora. Las mismas cualidades que eran su pintura, desplegada en su salón antes de desembarcar en la Sala de Casa de Vacas del Retiro donde estará todo el mes de mayo. «Me hace ilusión volver a exponer en este lugar, porque me parece un sitio muy accesible para toda clase de gente. Desde unos jóvenes que pasan haciendo «footing» al matrimonio mayor dando un paseo…No es la típica galería donde solo va el público especializado».
«Pinto desde que era pequeña, desde que lo puedo recordar. Es una vocación que me ha acompañado siempre, porque era un sentimiento. Y siempre he necesitado pintar. En sus primeras obras pintó el mar de su infancia gaditana y malagueña. Más adelante la ciudad: Nueva York, La Habana, Lisboa … Y ahora Madrid: «Vivo aquí desde hace ya 20 años y esta ciudad sigue siendo para mina fuente de inspiración»